Cine
El cine nació como espectáculo y diversión en el que se aplicaban los descubrimientos de la época. El cine es, al mismo tiempo, un verdadero arte desde sus comienzos. El cine, también desde su inicio es documento de la vida de la época. Estas tres características, la documental, la artística y la festiva las ha conservado en el tiempo y en la ilusión de todos los que se implican en su mundo, los que lo fabrican y los espectadores.
Es difícil descubrir un solo tema o núcleo de contenidos que no esté tratado de alguna forma en el cine. Siempre es posible encontrar películas o documentales, que permitan su utilización como punto de partida en un debate, o como rasgo, dato o documento en una investigación o estudio.
Sin embargo, el cine como tal, es decir el cine cuyo soporte material se basa en el celuloide es cada vez más difícil de utilizar, dada la dificultad y coste económico que entraña la búsqueda de proyectores, operadores y películas. Al mismo tiempo cada vez se hace más fácil y eficaz la tecnología que nos permite ver el cine a través del vídeo o la televisión. Por esta razón en esta comunicación, siempre que se hable de cine, se entenderá que indistintamente podemos estar relacionándolo con su sucedáneo el vídeo, y en un futuro inmediato con cualquier otro soporte adecuado, como el DVD, que está sustituyendo al vídeo y que cuando los lectores de este libro lo tengan en sus manos casi habrá acabado con él.
No cabe duda que es en el ámbito de la convivencia donde cine y educación encuentran más elementos en común. Una pequeña muestra de títulos recientes debería incluir entre otras, la francesa 'La fuente de las mujeres' (2011), de Radu Mihaileanu, en la que un grupo de mujeres de una aldea remota del norte africano utiliza el sexo para conseguir su reconocimiento como seres humanos dignos, a través de una lucha social por acercar el suministro de agua a la propia aldea y acabar con un trabajo ancestral que solo les ocupaba a ellas. Una preciosa producción cinematográfica que aúna y confronta educación con tradición, Corán con mujer, patriarcado con libertad. La joven Leila y la Madre Fusil –viuda respetada en la aldea- cantan al resto de mujeres mientras lavan en el río:¡Despertad! Si ellos están ciegos, mirad ahora por dos. Erguid la cabeza, como banderas, sino queréis acabar devoradas.
En el año 1989 llega a las pantallas una película dispuesta a romper tabúes sobre la educación tradicional, 'El club de los poetas muertos', de Peter Weir. El actor Robin Williams, metido en la piel del profesor de literatura Keating revoluciona las estructuras académicas y sociales de un prestigioso colegio norteamericano con sus novedosas enseñanzas ante un alumnado incrédulo por lo que está percibiendo en pleno 1959. Su célebre 'Carpe diem' introduce en los jóvenes alumnos ideas impensables para la época (cambiar el mundo, soñar, apasionarse, ser inconformista, buscar el propio camino con valentía y prudencia) que finalizan de forma abrupta ante el muro de orden y estatus social imperante en el colegio y que suponen el despido del revolucionario profesor. El final, sin embargo, invita al optimismo cuando en la despedida, y ante una clase atemorizada por la presencia del rígido director, la reacción espontánea del alumno acobardado que nunca había defendido las formas de Keating, supone el reconocimiento de las atrevidas enseñanzas. Es memorable la escena de toda la clase subida sobre los recios pupitres, saludando en silencio la marcha de su profesor, ante un director que se desgañita intentando restablecer el orden.
El profesor consigue interesar a un alumnado escasamente motivado, a costa de introducir el mismo lobo que pretendía ahuyentar: la fuerza bruta de la masa. Así se expresaban algunas de las jóvenes "convencidas": " Siempre he tenido lo que quer í a: ropa, dinero, etc é tera. Pero lo que m á s ten ía era aburrimiento. Pero estos ú ltimos d í as han sido muy entretenidos " . "Y a no se trata de qui é n es la má s bonita, la mejor o la de m á s é xito; la Ola nos ha hecho a todos iguales " . " La procedencia, la religi ó n y el entorno social ya no tienen ninguna importancia; todos pertenecemos a un movimiento. La Ola nos da un nuevo significado y unos ideales que merece la pena apoyar... "
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